La organización civil también se encuentra señalada por operar con recursos de procedencia ilícita
Gerardo Sánchez Zumaya, conocido empresario de la Huasteca potosina, está nuevamente en el centro de la polémica debido a múltiples denuncias de corrupción que han ensombrecido su carrera empresarial. Sus empresas constructoras, operando en San Luis Potosí y Tabasco, están bajo investigación por presuntas triangulaciones de 200 millones de pesos provenientes de la Dirección de Pensiones del Estado. Además, sus vínculos con el alcalde Enrique Galindo y las sospechas de nexos con el crimen organizado en rutas clave entre San Luis, Tamaulipas y Veracruz han generado gran controversia.
Pese a su oscuro historial, Sánchez Zumaya busca posicionarse en Morena con miras a las elecciones de 2027, utilizando su fundación "Somos Potosí" como plataforma para ganar simpatizantes. Aunque asegura tener cercanía con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, su historial lo sigue a donde va. Mientras tanto, también explora alianzas en el PAN, donde tiene familiares influyentes, pero en declive, como la familia Azuara.
A pesar de sus esfuerzos por limpiar su imagen, los pocos medios que le otorgan cobertura lo perciben como un opinólogo de conveniencia, quien evade responder sobre su pasado turbio. Los lujos de su familia, como la opulenta boda de su hermano en Monterrey y su séquito de escoltas blindados, solo refuerzan la percepción de un empresario más interesado en el poder que en el bienestar de la región.
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